El paisaje visto desde la Cabaña va mudando. En esta mañana se aprecia que el astro rey acorta su recorrido. Ya no nace en la vaguada emergiendo detrás de las vacas que pastan allí arriba. El sol aparece a las nueve y diez entre los árboles que circundan la cumbre.
La influencia de los vientos del sur hacen una atmósfera limpia con tan solo algunas nubes lenticulares. Y así, la Cordillera Cantábrica es un horizonte orgulloso de relieve abrupto entre el cielo azul.
La Cabaña es un punto estratégico para contemplar lo que precede. Si la observación es compartida con quien disfruta del aroma de la lluvia o de un paseo matutino...se amplifican los sentidos y el viento es un soplo, el boj un reno, una ventana una mirada, el sur, el norte, el este y el oeste...la Cabaña, un mundo.
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