El cambio repentino de las condiciones meteorológicas de los dos útimos días, conlleva una abundante fundición de la nieve que rodea a la vieja cabaña.
Un riachuelo fluye entre las rocas, dejando el camino de acceso anegado y fangoso.
Estas condiciones naturales se repiten a lo largo del invierno con cierta cadencia, ofreciendo una alternancia del estado más genuino del agua en alta montaña.
Doce grados centígrados a medio día, deleitan sorpresivamente con una pequeña inundación.