domingo, 1 de julio de 2007

30 DE JUNIO

La tarde es calurosa, el sol es un abrasivo que traspasa nuestras camisetas. Subimos a culminar el aljibe. Regueiro, el albañil, retoca las paredes con el mortero hidrófugo.

Se hacen ocho carretillos de pasta, se colocan las losas, se amortigua el talud con piedra.

Nos sorprende una neblina que traspasa las crestas de la montaña con rapidez.

La hora del bocadillo es un hábito que para los trabajadores de la construcción aun siendo las nueve y media de la tarde es un imperativo. J. Regueiro saca una bolsa con una bota de vino, y media boroña. -Es de casa- responde gustosamente, mientras sacia con un remuelgo la sed.

Caen las diez de la noche, cuando definitivamente se termina una construcción que empezaba en diciembre. 8500 litros de agua llenarán un "acuífero" singular.
Gracias a todos, Andrés, Javi, J. Antonio, Regueiro, Amado. Buen trabajo.

asturiasheritage@gmail.com

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