martes, 26 de junio de 2007

VELADA LITERARIA SAN JUAN 2007


Estimados amigos:


Escribir para un momento tan singular como éste, es ciertamente gratificante. Esta idea, nacida del amigo Juan, es la primer piedra cultural, que sobre estas otras piedras ponemos.


Una velada literaria en la noche de San Juan, es definitivamente ser diferentes y diferenciadores. Valoramos la cultura, la importamos desde la historia, desde el corazón, y la exportamos en lo alto de una montaña.


Sin duda, estas lecturas no quedarán plagiadas. Son y forman parte de la exclusividad intrínseca de cada uno de nosotros. Los gustos más íntimos no forman parte del plagio.

En estas primeras líneas, es mi vehemente deseo, subrayar la importancia del momento. Este ahora, este aquí, no es baladí. Nuestra presencia conforma un inseparable espíritu por las buenas formas.


Me gustaría glosar de una manera sucinta esa cantidad de imágenes que me vienen a la memoria cuando escribo.

Una mirada a la infancia me recuerda una ardua subida entre senderos de barro, cotoyes, y piedras. Imágenes de los cinco o seis años, de la mano de mi padre, subido a su cuello, y desde lo alto de sus hombros otear a los caballos.


Hay recuerdos intantaneos, pregresivos, sutiles, y por su puesto tiernos. Mi primer coche, un blanco renault siete, patinando entre los regueros, subiendo tejas, rozando los bajos con piedras...

Fotogramas que se cfristalizan en memoria de alta definición, cuando uno ya frisa la decena de años, y obsderva a Maximino, Paulino, Luis, vecinos que hoy yacen en el polvo secular, clavando un puñal y dejando sus iniciales sobre el haya, que el tiempo va borrando con la certeza de una corteza encallecida.


Llegado este punto, me surge la reflexión: ¿qué somos? Alguien me respondió en alguna ocasión que un instante en la eternidad.

Un instante que aquí, bajo la sombra de este fresno, con mi hermana por vaquera, y yo por indio, jugué, jugamos, a los vaqueros. Un deleite de la historia ya por siempre en mi memoria.

Venir a esta cabaña es someterse a una dictadura de emociones.


Desde aquí he visto caer estrellas del cielo, desplomarse rayos y centellas, resplandecer al mejor febo, observar la luna llena en brazos de una mujer...

He tenido lágrimas de agradecimiento por ver en el orto a un pájaro cantar, al cuco despertar, jabalíes, zorros, corzos deambular...


Una lágrima de emoción por un copo de nieve, una piel de gallina por sentarse sobre una piedra y observar, silenciar aún más el paisaje, quererlo, amarlo desde el corazón.

Amigos, soy consciente que todo esto es nada sin poder tener la oportunidad de expresarme. Sois ahora público, pero sois pura transmisión.


Respiramos un aire de gran reserva. la bodega de recuerdos está llena, formáis parte del mejor vintage. El paladar es dulce cuando hablamos, el ímpetu comunicativo nos embriaga.

Quiero terminar con el ardiente deseo de levantar una copa, y en lo alto brindar por vosotros, la velada es vuestra. Que no se rompa la noche, que no se rompa por favor!!.


-Extracto de una de las lecturas de la noche-

martes, 19 de junio de 2007

UNA VUELTA ENTRE CALIZAS

Salimos con la luz tenue de la madrugada. la cabaña, aún umbría yace entre la densidad del humo blanco de la madra verde que se quema. Tomamos un sendero entre zarzas, rodeamos piedras, y tras llegar a una campera, vemos a los jabalíes dessollar el terreno en busca de raíces sabrosas.
Hay una manada de siete individuos, al descubrir ser observardos retoman en fila el rastro que los lleva a lo más alto de la montaña.
Seguimos ruta y pasamos entre el otrora hato de pastores. Hoy es refugio temporal del ganado cabruno, la estrechez de la cabidad no permite animales de gran talla.
El sol despierta con gran claridad al bosque. Inmersos en él, observamos el coro matinal de pájaros, quea duras penas podemos definir a unos pocos. En los árboles jóvenes se apoyan las púas de Paquidermos, y más adelante cornamentas de Cérvidos que son trofeos y valores de salón.
Esta pequeña incursión en los lindes de la cabaña, sugiere una extensión más completa. El sol aprieta, y la fauna tan efervescente a primeras horas, se va apagando lentamente. Hay calma, y a medio día, hora de regreso, toman posición los ofidios y lagartijas que broncean sus verdes pieles al intenso sol.

sábado, 16 de junio de 2007

VISITANTES.




En los últimos meses distinguidos amigos y colaboradores de Asturias Heritage, han pasado por la cabaña. Ciertamente aquel que accede a la heredad, es portador siempre de imprescindible ayuda. En esta ocasión, la familia Alvarez, puso la disponibilidad y la colaboración en la tediosa tarea del orden doméstico.



Agradecemos su visita, hasta siempre.

sábado, 2 de junio de 2007

LA VUELTA DE LAS VACAS

Todos los años, el primer día de junio, los pastos de los montes se abren al ganado. Hoy, en medio de la abundante hierba corretean caballos, yeguas y recuas de una parte a otra.

Varios ganaderos conducen a primeras horas de la mañana treinta y ocho vacas sobre la cresta de la montaña.

Desde la observación sigilosa que proporciona la cabaña, se percibe el sonido de las campanillas de dos novillas, que metidas entre una angosta senda de rebollas y artos, despuntan una puntiaguda cornamenta.

El tráfico animal es abundante. A lo lejos, y con antiojos de larga vista, se percibe el apareamiento de un toro y una vaca ratina.

No se puede obviar a los glayos que portan comida a sus crias, ni a los saurios que reposan sobre las piedras bebiendo el abundante sol que cae esta mañana.

Aquí en AsturiasHeritage, pretendemos acercarnos a la tradición, y es hoy una jornada muy especial, para recordar a leche y la carne que abunda, recorre, y se alimenta en estas alturas.